¿Instalamos una ducha o una bañera en nuestra casa?

La respuesta no es sencilla y depende siempre de nuestras necesidades y posibilidades. Los hay más prácticos que siempre defienden la ducha, y los hay quien prefieren bañera a toda costa, aunque solo sea para usarla una vez al año. Los hay que quieren bañera pero no pueden tenerla porque le faltan metros y los hay que la tienen y acaban convirtiéndola en una sencilla y práctica ducha. La polémica está servida, ¿ducha o bañera?

Para los baños pequeños la mejor opción es la instalación de un plato de ducha. Ocupa la mitad que una bañera, lo que deja libre un espacio que se puede aprovechar para colocar otros sanitarios y dar más sensación de amplitud al cuarto de baño.

Las duchas se añaden a cualquier rincón y esquina, y podemos encontrarlas de todas las formas: cuadradas, rectangulares, redondas, semicirculares etc. La mayoría son bastante planas, y apenas tienen un pequeño escalón para meterse dentro, lo que la hace una opción muy interesante para las casas de las personas mayores o con movilidad reducida.

Hay que tenerlo muy claro para decidirse a cambiar una bañera por una ducha y viceversa, ya que las obras en los baños suelen ser un poco engorrosas. Para empezar, a menos que contemos con otro cuarto de baño en la vivienda, quedarnos sin una habitación tan importante puede darnos más de un quebradero de cabeza.

Además, hay muchos detalles a tener en cuenta. Uno de ellos es saber que, al retirar la bañera de su sitio, vamos a encontrarnos con una pared sin azulejos. La solución va desde buscar azulejos iguales a los anteriores a quitar los viejos y poner azulejos nuevos en toda la pared.

También hay que ser consciente del tema de los grifos. Las alturas en ducha y bañera son diferentes, y al poner una ducha es más que probable que el grifo de la bañera se quede situado demasiado bajo. Para evitar la incomodidad de tener que agacharse a la hora de encender los grifos, mucha gente opta por cambiarlos de sitio, lo que conlleva una nueva retirada de azulejos.

Pero superados estos pequeños inconveniente, la ducha podrá lucir así de elegante y sofisticada en un baño que no se parecerá en nada al que teníamos antes.

A la hora de elegir ducha o bañera es importante tener en cuenta las necesidades de nuestra familia. Si tenemos niños, la hora del baño nos resultará mucho más sencillo si contamos con una bañera en vez de con una ducha. El momento del baño en los niños no es solo una cuestión de higiene, también es un momento de relajación y juego que con un plato de ducha es difícil llevar a cabo.

Los partidarios de las bañeras suelen decir que aunque solo nos demos un baño de vez en cuando, es importante tener la opción de hacerlo siempre que quieras. Para ellos siempre merece la pena instalar una bañera, aunque sea más caro y gaste más agua.

En cuestión de gustos no hay nada escrito. Hoy en día las duchas se han vuelto tan sofisticadas que ofrecen soluciones muy decorativas y un montón de posibilidades de hidromasaje. Sin embargo, es difícil negar que pocas tienen más encanto que la bañera de toda la vida. La variedad es muy amplia, desde las más clásicas, con cuatro patas y de inspiración romana, hasta las más modernas, donde se mezclan materiales y nuevas comodidades, como funciones de hidromasaje que harán, si cabe, más especial el momento del baño.

 
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